Existen muchos factores que afectan a millones de personas e influyen en la fertilidad y en los tratamientos de reproducción asistida.

 

PROBLEMAS FÍSICOS Y PSICOLÓGICOS.

Cuando no podemos conseguir ser madres o padres de forma espontánea nos enfrentamos a una situación que genera malestar ya que se reduce o no existe la posibilidad de conseguir nuestro objetivo de formar una familia por medios naturales y esta experiencia nos afecta a nivel psicológico. Iniciamos una andadura estresante (visitas a especialistas, numerosas pruebas diagnósticas, recabar segundas opiniones médicas) que, desde el punto de vista psicológico y emocional, requiere ayuda psicológica especializada.

Según estudios realizados por la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), aproximadamente entre el 25% – 65% de los
pacientes que siguen un tratamiento de Reproducción Asistida pasan en algún momento por síntomas psicológicos significativos, y aunque la ansiedad es el más frecuente, también aparecen la culpa, la ira, la desesperanza, la baja autoestima o la depresión.

 

  • Entre un 40-60% de las parejas abandonan el tratamiento debido a la sobrecarga emocional y al estrés que supone el mismo proceso o la acumulación de intentos fallidos.
  • El 62,4% de las parejas abandonan el tratamiento después del tercer ciclo (aún teniendo estadísticamente probabilidad de éxito) y alegan las siguientes razones: sentimiento de frustración, impotencia, sienten que ya lo han hecho todo, percepción de incapacidad para afrontar todo el ciclo después de fallos anteriores, angustia, etc.

 

Cada día son más concluyentes las evidencias científicas que ponen de manifiesto la estrecha relación entre estrés e infertilidad. Es importante que los pacientes vean los tratamientos de Reproducción de una forma amigable. La estabilidad emocional y la necesidad de aligerar esta carga psicológica deben ser uno de nuestros principales objetivos.

Desde el momento en que somos conscientes de que necesitamos ayuda para poder tener un hijo y recurrimos a tratamientos de Reproducción Asistida es recomendable reconocer y aceptar que, durante el tratamiento, pasaremos por distintas fases: periodos de ilusión, esperanza, miedo y ansiedad. Todo ello puede provocar un estrés añadido que disminuye la probabilidad de conseguir el embarazo.

No tenemos que recurrir al apoyo psicológico sólo cuando existe una patología mental grave. Es importante entender que es un acompañamiento durante el proceso, que nos permite afrontar la situación conociendo, en todo momento, el proceso emocional que se está poniendo en juego y nos aporta las herramientas necesarias para gestionar dichas emociones, de tal modo, que tengan el mínimo impacto negativo sobre el tratamiento de Reproducción Asistida e incluso que favorezcan el proceso con una influencia positiva.

 Los datos científicos demuestran que el apoyo psicológico puede beneficiar a las parejas que se someten a un tratamiento de Reproducción. El 37,5% de las parejas que no reciben este tipo de apoyo abandonan el tratamiento frente a un 5,7% de abandonos entre las parejas asistidas por un especialista.