Lo importante no son tus emociones, más bien lo que haces con tus emociones. Muchas personas afirman que la ilusión o la felicidad aparecen en pequeños períodos de tiempo, es algo que no depende de nosotros, algunos creen que no existe y otros se plantean constantemente formas de poder aportarse ilusión a través de factores externos. ¿Será precisamente este tipo de creencias las que provocan que no encuentren la ilusión?

Los lunes para mucha gente es algo horrible porque significa volver a trabajar. Pero Csikszentmihalyi ha detectado una paradoja: el trabajo es más propicio que el ocio para alcanzar lo que él llama «estado de flujo» -algo que podría interpretarse como la felicidad-.

En realidad para mucha gente, el ocio es un tiempo muerto y el trabajo, todo lo contrario. Tener objetivos claros, poder gestionarlos y recibir un feedback es clave para fluir. ¿Si vemos como algo horrible aquello que nos proporciona ilusión y felicidad como vamos a poder encontrarlo?
Otra razón por la que las personas no sienten ilusión es por la cantidad de miedos que sienten (vergüenzas, presiones sociales etc.) Si buscan la ilusión a través de determinadas situaciones pero estas se temen y no se lleva a cabo lo que se desea ¿Cómo encontrar la ilusión y la felicidad?

En resumen, en realidad nuestra ilusión no la pueden procurar otros, porque son nuestras emociones las que están en juego y no las de los demás. No podemos creer que sólo depende de factores externos (salario, trabajo, objetos etc.), prueba de ello es que cuando tenemos muchas cosas no aumenta nuestra ilusión sino que es algo momentáneo. Si nuestra ilusión aparece al perseguir nuestros sueños o metas pero tenemos miedo de implementarlos, nunca nos predisponemos para buscar nuestra ilusión, más bien lo estaremos evitando y por esta razón sentiremos frustración y no ilusión.

Después de plantearnos estas cuestiones podemos sacar las siguientes conclusiones: la ilusión la podemos encontrar si creemos que es posible, si nos responsabilizamos de uestra propia ilusión y no lo vemos como responsabilidad de otros, si aprendemos a interpretar y disfrutar de la vida de otra forma, si evitamos miedos y vergüenzas etc. Es decir, si aprendemos a gestionar nuestras emociones.

¿Como lograrlo?

– Procura una actitud mental positiva, ser optimista.
– Aprende a centrar la atención en una sola cosa, aquella que te interese.
– Empieza por valorar las pequeñas cosas, así aprenderás a valorar la vida.
– Si encuentras tu vida monótona y aburrida, haz cosas nuevas, quizás te motive conocer nuevas personas fuera de tu círculo de amistades, programar algún viaje, una salida a la montaña, o simplemente cambiar de actitud y plantearte qué tal te iría si empezaras a ver la vida con ojos de niño.
– Cree en tus sueños, cree que mereces alcanzarlos y enfócate en ellos. Plantéate pequeñas metas y trata de cumplirlas a pesar del miedo, esto te irá motivando. Alégrate de cada progreso y esto te hará sentir que te superas y que asumes las riendas de tu vida.
– Vuelve a sorprenderte de las cosas. En el caso de que nada absolutamente nada te cause sorpresa, intenta sorprender e ilusionar a los demás, al ver la alegría de otros te contagiarás.
– Cambia la interpretación que haces de las situaciones de tu vida. Cuestiónate tu forma de verlas, busca la racionalidad de tu pensamiento. Las situaciones que consideras negativas están ahí para que aprendas algo de ti mismo. “No sabemos lo fuertes que somos hasta que tenemos la oportunidad de tener que serlo”.

La actitud mental positiva es la responsable de la motivación y la ilusión en nuestro día a día. Vivir con ilusión se trata más bien de poner los pies en el suelo y aprender a valorar más lo que nos rodea.

Publicado en www.gentetoday.com el 26/3/2013