El concepto de Autoestima se desarrolla gradualmente durante toda la vida, atravesando diferentes etapas.La persona no nace con un concepto de sí misma propio sino que éste se va formando y desarrollando progresivamente en la medida en que se relaciona con el ambiente, mediante la internacionalización de las experiencias físicas, psicológicas y sociales que la persona obtiene durante su desarrollo. Se construye, entre otras cosas, con el contacto con el mundo exterior: mensajes recibidos, en la infancia y adolescencia, de los padres, familiares, amigos, profesores. Todos tienen influencia sobre la percepción que tenemos de nosotros mismos. En la época adulta el entorno influye también y se suma a las influencias experimentadas en la infancia (éxitos, errores, fracasos).
Como resultado tendremos un sentimiento generalizado de valía o incapacidad que determina nuestra forma de interactuar con el mundo y comportarnos.
Es decir, la autoestima es algo que se aprende y, como todo lo aprendido, es susceptible de cambio y mejora a lo largo de toda la vida.

Os pongo un ejemplo, en la imagen, de cómo se mantiene la autoestima baja una vez interiorizado un mensaje recibido del exterior. Inconscientemente procuramos confirmar los mensajes que hemos recibido para mantenernos en ese nivel de autoestima. Es lo que hemos aprendido que somos, no lo que podemos ser en realidad.