Existen muchos hombres homosexuales que, por desconocimiento, miedo a reconocerlo, o por esconder su condición sexual, decidieron casarse con una mujer heterosexual, pero cuando quieren desmontar la situación ¿qué sucede?
La situación es muy difícil para todas las partes implicadas. Si existen hijos, éstos tienen un importante desafío que superar. El hombre sentirá conflictos emocionales intensos. La mujer sufrirá una carga emocional importante (vergüenza, culpa, repulsión, responsabilidad, traición, etc.). En general, todos pasarán por una situación dolorosa y se sentirán de manera similar.
En el caso de la mujer, la situación es dura porque siente que se ha traicionado su confianza, al vivir en una mentira durante todo ese tiempo, y además siente culpa por no haberse dado cuenta de la verdadera condición sexual de su compañero sentimental. A la mujer le resulta más dolorosa la ruptura por otro hombre que por otra mujer porque conlleva una doble “traición”. Además, siente impotencia porque sabe que por mucho que intente salvar la relación, es imposible.
El hombre sufre no sólo por llevar casi toda una vida ocultando su preferencia sexual, además, por la culpa de tener que hacer pública su mentira y traicionar a su mujer e hijos. Llevar una doble vida es ya de por sí desgastante para una persona que intenta guardar las apariencias de una relación «normal» con muchas razones de antemano. Como, por ejemplo, el no ser rechazado socialmente, el hecho de ir contra sus propios principios de acuerdo a la construcción social y de vida que ha hecho a lo largo de ella. Por lo que no podemos juzgar estos actos que, de alguna manera, son humanos.
Quien vive este tipo de situaciones seguramente sabrá que puede ser una situación dolorosa, incluso hasta vergonzosa. Sin embargo, lo más importante es recordar que las personas hablando se entienden, es decir, que de alguna manera el hecho de expresar lo que piensan, sienten y creen firmemente les ayudará a salir adelante de una manera civilizada. Deben entender que es un paso muy importante tanto para el que lo acepta como para el que recibe la noticia. Es una experiencia, en principio, devastadora para todas las partes pero se puede sobrellevar como un proceso de transformación constructivo.
¿Cómo averiguar lo que sucede?
Cuando esto se produce siempre nos hacemos o hacemos las siguientes preguntas ¿Cómo no me di cuenta? ¿Nunca sospechaste?…
Las mujeres que se han visto envueltas en estas circunstancias confiesan que identificaron comportamientos poco usuales incluso antes del matrimonio, pero lo ignoraron. Recuerdan que sus maridos tenían una doble vida, existía un amigo íntimo con quien compartían regularmente incluso los eventos familiares, o estaba muy volcado en su trabajo, tenían excusas para no mantener relaciones sexuales, etc.
Tenemos que estar atentos a comportamientos habituales que son claros indicadores de la homosexualidad del marido y no negarlos. Aparte de una serie de comportamientos en el ámbito de las relaciones sexuales, cuando las hay; también pueden producirse detalles como el hecho de borrar su historial en el ordenador con regularidad, el encontrar pop-ups de pornografía gay, o el sentirse especialmente halagado por piropos provenientes de otros hombres homosexuales.
Evidentemente, la única manera de averiguar si tu pareja es homosexual es preguntando y obteniendo una respuesta honesta.
Si tienes dudas de que tu marido pueda estar “en el closet”, te aconsejo tener una conversación sincera y sin reproches que lo anime a expresar sus sentimientos. No lo tomes de forma personal, ni te sientas destruida. ¡Nunca es tarde para rehacer tu vida! Es más importante asumir la realidad que tratar de ocultarla por ambas partes. A veces tratamos de negar la realidad por miedo a sentir el dolor de aceptarlo, pero a la larga el dolor será mayor.
Empezar de nuevo
Es importante cerrar este capítulo de tu vida de la mejor manera posible, sin resentimientos y sin culpas. Trata de recomponerte cuanto antes y piensa que tu nueva vida puede traerte nuevas oportunidades, muy valiosas. Evita no proyectar tu resentimiento en otros hombres, porque ellos no son culpables y no todos actúan de la misma forma. Enfoca tus pensamientos en el perdón, la compasión, el amor y la aceptación. Apóyate en tus amigos y familiares.
En futuras relaciones no ignores la realidad. Si necesitas ayuda consulta a un profesional.