“Lo importante no es cómo te caes sino cómo te levantas”
¿Por qué algunas personas frente a situaciones adversas, traumáticas o amenazantes logran salir adelante y llegan a desarrollarse armoniosa y positivamente, mientras que otras personas desarrollan una evolución negativa? Este es el punto de partida de los trabajos sobre Resiliencia.

Cuando hablamos de Resiliencia hacemos referencia a un concepto que nace en el campo de la física. Es la capacidad de los materiales de volver a su forma original cuando han sido forzados a cambiar o deformarse. En Psicología el concepto de resiliencia se refiere a la capacidad humana de enfrentarse a las adversidades de la vida, superarlas y salir de ellas fortalecido o transformado, en vez de frustrado o debilitado. Es la capacidad de sobreponerse a las situaciones dolorosas o traumáticas, el convencimiento de una persona de superar los obstáculos de manera exitosa sin pensar en la derrota, a pesar que los resultados estén en contra. Tener que superar los obstáculos de la vida es lo que permite que surja un comportamiento ejemplar, en situaciones de incertidumbre, con resultados altamente positivos. En resumen sería la capacidad de adaptarse al cambio.

Anna Forés, Pedagoga y escritora Española, lo describe de la siguiente manera: “El proceso resiliente es parecido a la creación de una perla dentro de la una ostra. Cuando un granito de arena entra en su interior y la agrede, la ostra segrega nácar para defenderse y, como resultado, crea una joya brillante y preciosa”.
¿Cómo vivimos el dolor y las situaciones que aparecen en nuestra vida? ¿Nos parece que están en nuestra contra? ¿Nos regodeamos en lo negativo de ellas? ¿Pensamos que son situaciones que nos permitirán mejorar?
Muchas personas creen que las situaciones negativas aparecen en su vida para aumentar su sufrimiento pero, ¿y si más bien estuvieran ahí para que pudiéramos mejorar en algún aspecto y así continuar en el camino de la vida más fortalecido?

Nuestra capacidad de resistencia se pone a prueba en situaciones de fuerte y prolongado estrés. Por ejemplo, ante la pérdida inesperada de un ser querido, el maltrato o abuso psíquico o físico, prolongadas enfermedades, el abandono afectivo, el fracaso, las catástrofes naturales y la pobreza extrema. Cuántas personas que han sufrido alguna de estas situaciones luego nos refieren que han salido reforzadas de ellas, que son mejores gracias a que atravesaron esa situación.

Para poder aprender de ellas y no verlas sólo como un estigma decidieron tomarlas como un aprendizaje.
Las situaciones negativas te permiten mejorar porque puedes transformar las debilidades en fortalezas.
Cuando sufras una situación que consideras negativa pregúntate ¿qué tengo que aprender de esta situación? y obtendrás la información que necesitas para mejorar. Estas situaciones aparecen en nuestras vidas para hacernos mejores, sólo tenemos que encontrar la clave, el mensaje, transformarlas en oportunidades y no verlas como obstáculos insalvables.

Por ejemplo, imagina que tienes una situación económica desfavorable y no encuentras la solución. Puedes lamentarte o tomarlo como una oportunidad para mejorar. Imagínate que decides salir fortalecido y descubres que no consigues un trabajo porque no estás siendo perseverante. La situación es perfecta para permitirte hacerlo y conseguir que te desarrolles en la perseverancia.

Favorecer la Resiliencia: un cambio de enfoque

  • Aumenta tu autoestima, fomenta una autoimagen positiva, mírate con amor y genera pensamientos positivos.
    Procura el autocontrol, trata de conocerte, aceptarte tal y como eres, valorarte de manera realista y comprensiva.
  • Responsabilízate de ti mismo, considérate responsable de tus pensamientos y emociones, esto permitirá cambiarlos, actuar en consecuencia y no depositar esperanzas o responsabilidades en factores externos que se alejan de tu control.
  • Orienta la energía hacia el bienestar y la gratificación, la trascendencia y la coherencia, dedica tu tiempo a transformar en positivo lo que te sucede y no lamentarte por lo negativo.
  • Desarrolla la flexibilidad y acepta los cambios de la vida, fomenta la creatividad para orientarte a nuevos recursos para solucionar problemas.
  • Oriéntate al logro, busca soluciones y no pienses en el problema.
  • Se perseverante.
  • Evita ver las crisis como situaciones insuperables.
  • Actúa con decisión.
  • Utiliza el sentido del humor

Publicado en www.gentetoday.comel 25/2/2013